22 diciembre 2010

Artesonraju


ARTESONRAJU 6,025 msnm / Pared Sur
A inicios del mes de julio el Club de Montañismo Camycam organizaría su 3ra Expedición a la Cordillera Blanca, enviando a 5 de sus miembros al Circo Glaciar de Parón con la intensión de ascender algunas de sus cumbres circundantes y teniendo como objetivo principal un seis mil.
Los 3 primeros días la pasamos descansando y aclimatando en el CBA (campo base avanzado), un bello lugar rodeado de árboles de queñoa pero con poco espacio para las carpas. En este lugar uno de nuestros miembros enfermó por causa de una infección estomacal que le provocó una gran deshidratación y por tanto un rápido descenso a Caraz en compañía de otro miembro de la expedición. Con el grupo reducido a 3 miembros porteamos todo el material logístico necesario hasta el CM (campo morrena), lo que nos produjo un gran agotamiento que haría presa de nosotros al día siguiente durante la ascensión al nevado Parón, en el cual una gran grieta entre los Parón Sur y Norte y esto sumado a nuestro agotamiento físico impidieron que culmináramos en la cima, teniendo que bajarnos a escasos 100m de ella.
Dos días después nos veíamos ya instalando nuestro C1 (campamento uno) en el Glaciar de Parón, frente a nosotros la imponente pared de más de 700m de largo de la segunda montaña más bella del Perú: el nevado Artesonraju, que con sus 6,025m era el objetivo principal de esta expedición camycamense.
Llegaba el momento de partir rumbo a aquella montaña. Eran las 11.30pm y hacía mucho frío, pero el cielo despejado que nos permitía ver el firmamento nos indicaba un buen día por la mañana; Carlos y yo nos la tendríamos que ver escalando en libre y en solitario por aquella gran pared, mientras que en el C1 se quedaba Marisol viendo solo el progreso de unas insignificantes luces despedidas por nuestros frontales en aquella inmensidad de montaña glaciar.
Al menos para mí no era la primera vez en una pared, ya había estado en otras, pero nunca en una tan larga como esta, no podía decir lo mismo de Carlos, para él si era su primera pared total; luego de ir vadeando algunas grietas y sortear la pequeña rimaya llegamos al pie de la pared. Inicié la escalada rápidamente aprovechando el frío de la noche que me ofrecía una nieve dura y buena para clavar mis herramientas, ascendía a un ritmo mantenido parando solo algunos segundos para apreciar la belleza de las montañas resaltando en la inmensa oscuridad de la noche, continuaba, y a casi media pared hice mi primer descanso, me aseguré en la pared, colgué mi mochila y extraje de ella algo de beber y algunos chocolates para generar un poco de calor y energía en mi cuerpo. Al reiniciar mi ascensión comenzaba a notar que mi ritmo había bajado un poco, el cansancio y la altitud ya comenzaban a surtir efecto en mi casi escualo cuerpo. Amanecía, no pueden imaginar la belleza de este momento de la naturaleza desde las montañas, el sol se abría paso entre un colchón de nubes escondidas entre las cumbres de los colosos de la Cordillera Blanca.
Aunque casi lograba ver la cima, por más que siguiera escalando me parecía no moverme de mi lugar, hasta que al fin ya casi cerca de ella logré apreciar el tramo final: un sistema de canaletas de 70°. Ingresé a una de las canaletas, la nieve estaba un poco suelta debido al efecto térmico del sol, esto me hacía escalar con mayor cuidado ya que un pequeñísimo error me mandaría en cuestión de segundos a una "entrevista personal con San Pedro". Por fin los últimos metros y... llegué, estaba en la cima de mi segundo seis mil personal, era la mañana del 17 de julio del 2001. Clavé mis piolets, me quite la mochila y nuevamente bebí algo y tomé un analgésico (el dolor de una muela me tenía loco), puse el escudo del club y saqué la cámara fotográfica (había llevado una de aquellas ligeras Kodak, evitando así tener que lidiar con los casi 2 kilos de la cámara F3 profesional de Fernando) tomé las fotos respectivas desde la cumbre, una panorámica de la zona y una auto foto (ya en Lima al revelar las diapositivas me daría cuenta del error cometido al no proteger la cámara del frío).El cielo despejado me permitía contemplar otros lugares en los que me gustaría estar ( y de hecho lo estaré algún día): las cimas de otros seis miles como los Huandoy, Chacraraju, Santa Cruz, Quitaraju, Caraz y otras no seis miles pero bellas montañas como el Alpamayo y la Pirámide Garcilazo. Me asomé al flanco opuesto de la montaña y pude ver la famosa quebrada Santa Cruz con su típica laguna turquesa en el fondo.
Luego de unos minutos contemplando las bellezas de nuestro país inicié el descenso; llevaba conmigo tres estacas y una cuerda de 60m para rapelar, pero con tamaña pared tres estacas no eran nada, así que decidí desescalar y guardarme las estacas por si encontraba algún tramo difícil de pasar en libre (por suerte no lo encontré). Descendía, ya a mitad de pared encontré a mi compañero detenido, sin subir ni bajar, para él había sido suficiente experiencia escalar casi 400m de esta pared, descendimos juntos mientras veíamos a un grupo americano (que salió 30min después que nosotros del C1) continuar con su ascensión pese a la hora. Llegamos a nuestras tiendas a las 3pm cansados y adoloridos, momentos después escuchábamos por radio que los americanos estaban ya en la cima (luego retornarían al C1 a las 11.30pm ¡casi 24h de actividad!). Luego de pasar esa noche en el C1, al día siguiente retornamos al CM donde hicimos una parada para cocinarnos algo de comer, luego de haber saciado en parte nuestra hambre descendimos hasta la laguna Parón y de ahí a la cabaña de Parón donde pasaríamos la noche. Al día siguiente por la tarde vendrían nuestros compañeros a recogernos y llevarnos de regreso hasta Huaraz.
http://montanasperu.brinkster.net/Artesonraju.html

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